Hay gente que me ha escrito cosas como " ... la cosa es no caer en pánico, pues cada caso es un caso, es cierto que cualquier intervención quirúrgica por muy mínima que parezca tiene su margen de error y sus riesgos. Pero no todo tiene que ser tan malo, hay que decirle adiós al pesimismo y motivar a la gente a echarle ganas, para todo hay una solución".
Yo creo que esa postura lleva a aceptar mansamente lo que propongan los médicos. Y yo, que no le tengo miedo a las inyecciones porque me crié en una farmacia y tengo un hermano médico, aprendí que hay que ser cauteloso: mi cirujano nunca me dijo que iba a quedar droga-dependiente de por vida (T4, corticoides, testosterona, desmopresina), ellos no te lo dicen. Ni que hay un elevado (30-50%) de incidencia de infecciones intrahospitalarias en la operaciones de cerebro o corazón (a los 10 días de operado me declararon una meningitis intrahospitalaria por "serratia marcesans", estuve 5 días inconsciente en Terapia Intensiva y atado de pies y manos a la cama). Son cosas que se aprenden atravesándolas, así aprendí yo y por eso lo transmito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario